Chascomús, Argentina. Con un ambiente lleno de alegría, música, baile y celebraciones al más puro estilo vasco, diversas euskal etxeas alrededor del mundo han organizado numerosos eventos en estas últimas semanas del año. En Chascomús, el Zingirako Euskaldunak se adelantó y celebró su festividad el pasado 23 de noviembre, impregnando de entusiasmo festivo la llegada de las vacaciones de verano y las fiestas de fin de año. La ocasión unió la conmemoración del Día del Euskera con el cierre de actividades educativas y las celebraciones del fin de curso, concluyendo el año con espíritu comunitario. Los asistentes y las distintas secciones del Centro Vasco de Chascomús respondieron con entusiasmo a la convocatoria.
Como es tradición, el grupo de danzas Eusko Hazia ofreció su espectáculo anual en la calle Franklin, frente a la Euskal Etxea. Bajo la dirección de Julieta Laborde y con la colaboración de Camila Humaran (quien partió después hacia Euskal Herria para participar en el Programa Gaztemundu), Cata Martínez y Agustina Tristan, los dantzaris de todas las edades mostraron su talento. Desde los más pequeños hasta los exdantzaris, todos participaron con energía, presentando danzas como el Fandango y el Arin Arin. El Agurra fue interpretado por Elo Costancio del grupo de mayores, mientras que las medianas presentaron Ezpatadantza y Akelarre, y los medianitos bailaron San Miguel y Polka. Los mayores rindieron homenaje al euskera con Plazara y ejecutaron también la Arku Dantza. Por su parte, los txikis deleitaron al público con coreografías como Bugi Bugi, Ipurdi Dantza, Zapia Behera, Txulalai, Zazpi Jauzi, Epo Itai Taie y Gora Behera.
Dantzaris de todas las edades protagonizaron el espectáculo
El evento también fue el marco para la entrega de la makila de alcaldesa de la Euskal Etxea a Mabel Dagorret, quien recibió este reconocimiento de manos de su predecesora, Susana Gramajo. La ceremonia fue ambientada por la música del Coro de Euzko Etxea de La Plata, dirigido por Mónica Dagorret, sobrina de la nueva alcaldesa, además de los sonidos tradicionales de la txalaparta y los txistus. La distinción a Dagorret, destacada colaboradora de la institución, fue un homenaje a su trayectoria y compromiso con la euskal etxea. Como es costumbre, la jornada concluyó con una cena de camaradería que reforzó los lazos de hermandad entre los presentes.
No obstante, el año aún no llega a su fin, y tanto niños como adultos aguardan con entusiasmo la tradicional visita de Olentzero a la Euskal Etxea, quien recorrerá las calles de Chascomús la próxima semana.